Solo pienso que tal vez podría
imposiblemente vivir solo en tu ojos café,
ya que lo nuestro va mas allá de la fantasía
de un intervalo matemático de afecto, esto es
una realidad que me transporta a lo fantástico
del ser humano que habita en ti, y lentamente
me muestra la pequeñez de tu amor,
y del amor humano mientras intenta
revelar su inexistente divinidad, que
se vuelve silenciosa en medio de
la infidelidad de la parábola de nuestro amor.
Aquí solo queda el recuerdo pasivo y
agonizante
de lo que sentí por ti, algo que es reprimido,
penalizado por mis responsabilidades sociales,
hoy comienzo una nueva vida cargada de tu
adiós,
de mi despedida de ti…
Te he oído hablar horas y callar meces,
te diré un adiós sellado con el silencio de
letras muertas, el silencio de
las ultimas líneas inspiradas por ti…
Con esto he dicho adiós 100 veces
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